Saturating days / Días que saturan

Sí, hay días insulsos, en los que nada pasa porque todo pasa ajeno a nuestro alrededor. Pero hay otros días en los que sin esperar nada, todo nos aborda inesperadamente pero de la forma más deseada inconscientemente, aunque hay que dar un pequeño empujoncito a la maquinaria para que ésta se eche a andar… Así ha sido esta última semana, un día 9 de junio en el que de repente llueven las ofertas de vida, pero que ninguna tiene vida por sí misma, un día 9 de junio en el que hace 41 años nací y que me dice a gritos que o lo dejo insulso, o bien me empujo en un arco-iris… lo que no sabía es cuándo tocaría la tormenta (ese pensamiento es herencia de la religión católica apostólica romana que he respirado, afortunadamente, menos de la mitad de mi vida 🙂 ), si es que ha de tocar (me liberé del yugo de la “culpabilidad” … ¡¡yupi!! )

Decido en nanosegundos empujarme y entrar en ese arco-iris, y nunca mejor dicho porque subí al cielo de las montañas que me rodean, subí la montaña de mi alma (otro día transcribiré algo de lo que sentí en forma de palabras sobre ese tema: “La montaña del alma”) , subí a las montañas de otras almas y sin más esfuerzo que la decisión instantánea de vivir. Me he quedado en las cumbres, porque una vez en ellas es fácil quedarse, y hay que saber bajar con la sensación de que un instante conforma muchos instantes, conforman una vida que permite subir más arco-iris, más montañas, más de uno mismo… Con esa saturación emocional, embriagada de colores, de sensaciones, de palpar en lo más profundo de mí que estoy VIVA, vivo en mi montaña del alma y paro cualquier tormenta que se quiera cernir sobre mis rocas más sólidas.

~ by polluxcastor on June 15, 2007.